domingo, 1 de enero de 2012

LA MASCARA EN EL ARTE

Hemos comentado que muchas veces la identidad corre el peligro de quedar oculta tras actividades o comportamientos que en realidad no son propios de la persona.
Podría decirse que de forma habitual circulamos por la vida con máscaras que usamos para desenvolvernos en nuestra vida diaria, para funcionar en sociedad según al rol que desempeñamos en cada momento padres, jefes, amigos, familiares, conocidos…
Jung expresó el papel de la máscara en la sociedad como el de las apariencias que en ciertas ocasiones acompañan al individuo toda su vida. Tras la máscara se oculta un problema de identidad ya que las circunstancias internas y externas del individuo no coinciden y se toma evidencia de que existe un problema de carencia de autenticidad.
Se usa la máscara para esconder y proteger la intimidad, ya sea de manera consciente o inconsciente. Ésta tiene la tarea de defender al individuo como un escudo protector de la vida social. La máscara cumple un papel asociado a la psique colectiva y que todos en mayor o menor grado a veces lo usamos para convivir en una sociedad civilizada al mantener normas adecuadas de convivencia y educación.
Pero cuando la máscara pasa a dominar al individuo éste vive en función de la opinión ajena y normalmente eso le hace desconocer sus propios sentimientos y emociones.
De la misma forma, cuando decidimos ponernos a crear, aparecen las expectativas y lo hacemos para gustar, para obtener, para que otros nos den su aprobación, todo eso no permite el placer del descubrimiento y de la sorpresa. Sin embargo, nunca hay que desestimar el poder que tiene el arte cuando la producción se convierte en proceso y se  permite que la obra tenga  un recorrido.
El arte muchas veces actúa de manera sigilosa y tras su artificialidad, su aparente mentira y sus tendencias al enmascaramiento, al disfraz, a la distorsión, al velamiento, a sus rodeos, a su apariencia de juego, en realidad a través de este actuar oculto es quizás una de las armas más poderosas en la creación de sentido e identidad, conocemos la famosa frase de Oscar Wilde “Dadle una máscara y os dirá la verdad”. Si el arte es efectivo es precisamente porque actúa como quien no quiere la cosa, ese truco, esa ocultación de intenciones es lo que le hace efectivo y actúan a nivel subconsciente. Ese es su poder, gracias a esta apariencia desinteresada, su afinidad con el juego y su actuar entre bambalinas, el arte se desenvuelve a sus anchas en el terreno de la transgresión y por lo tanto en la integración de alteridades y en la evolución de los comportamientos. 
Simbólicamente,  la máscara se vincula a la noción de metamorfosis de transformación de un ser en otro. En algunas concepciones religiosas o filosóficas que mantienen que el universo está en perpetuo cambio la máscara cumple una función de “disfraz” que refleja esta naturaleza distinta y variable de las cosas.
Para el hombre la máscara representa ese sentido de supresión de la temporalidad del “yo” habitual para reemplazarlo por “otro” dotado de atributos superiores o deseables. La máscara, por lo tanto, cumpliría con la función de traspaso de lo que se es hacia lo que se quiere ser.
Pero el sentido de la máscara siempre es doble, por un lado lo que ella quiere mostrar o hacer visible, pero también lo que quiere ocultar para que nadie se entere, la máscara como antifaz que permite trasgredir la realidad y de alguna manera evidenciar que cada individuo no es solo “uno”, sino también “el otro”, su alteridad. Eso permite salir de la rutina y el encasillamiento cotidiano y da una dosis manejable de trasgresión. Aparecen entonces facetas ocultas y eso nos abre a la posibilidad de sorprendernos de lo que de forma no tan evidente también nos conforma.



Fragmento del trabajo "El taller de arteterapia: frontera y ámbito de la identidad"

Marisol Ocón Bermejo.

4 comentarios:

  1. Muy bueno Marisol. Tan solo pretendía vivir lo que brotaba de mi corazón, porqué me era tan dificil? Es una frase de Herman Hesse. El arte terapia te ayuda a encontrar el camino para vivir fiel a ti mismo.

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  2. Gracias Obdulia, un lujo tenerte aquí, eres una de las mujeres que conozco que vive el arte con más intensidad desde la acción y eso se nota, esta es tu casa también, así que adelante en este camino que compartimos, hasta pronto¡¡¡

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  3. Muy interesante. La máscara es la representación del ego, y sin ego no se puede vivir y ser yo. La felicidad viene de saber gestionar la cantidad mínima de ego que te permita motivarte a comenzar a caminar y la máxima que te permita reconocer que recorres el camino correcto. En función a ese ubicarse en el camino del medio uno va esculpiendo su máscara. Felicidades. Me vas a permitir llevarlo a mi blog.

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  4. Sí, uno esculpe esa máscara y es una de las actividades que propongo en mis talleres, adelante Carlos, todo tuyo y que viaje...

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